terça-feira, 17 de novembro de 2009

LOS SEIS RAYOS DE MI ENGRANE

Hace unas semanas Mary Carmen y yo estábamos en un aeropuerto esperando nuestro vuelo de conexión a un importante evento Rotario de esa zona, por lo tanto atentos para saludar a las compañeras y compañeros que seguramente estarían en la sala para abordar, sin embargo no vimos a nadie que reconociéramos, por lo que comencé a pasear entre las líneas de asientos de esa última sala de espera tratando de ver si alguien tendría alguna prenda de vestir con el escudo Rotario o si alguna persona tenía colocado su «botón de solapa», al no ver a nadie regresé a donde Mary Carmen estaba sentada y le dije: «yo creo que hoy a todos los Rotarios se les hizo tarde para tomar el avión», pasó el tiempo, y llamaron para abordar nuestro vuelo y como para ese segmento teníamos asientos asignados en las primeras filas, le comenté a Mary Carmen: «ahora si péinate porque seguramente vamos a saludar a todos los Rotarios que pasen a tomar sus lugares» y nos quedamos esperando porque a nadie pudimos distinguir por su «botón Rotario» o porque trajera alguna prenda o artículo con nuestro engrane; Mary Carmen y yo nos volteamos a ver cuando ya estaban cerrando la puerta del avión, y ella me comento: «bueno, lo que pasa es que ahora hay muchos Rotarios Anónimos, que casi nunca usan su insignia de solapa», entonces lo pensé por un momento y era cierto, ya son menos los Rotarios que usan todos los días y con orgullo el engrane de oro y azul, con seis rayos, veinticuatro dientes y una muesca de chaveta, y en ese momento pensé que tendría que escribir el artículo que ahora ustedes están leyendo.Lo primero que me queda claro es que las Rotarias y Rotarios que no usan todos los días, en todas partes y con orgullo el «Botón de Solapa», o sea, a los que Mary Carmen ha bautizado como Rotarios anónimos, en primer lugar no son Rotarios, son socios «transmigrantes» (condición migratoria por la cual una persona puede ingresar a un país, solo por unos días, porque va de paso a otro país, no se quedará, sino que solo cruzará); no saben lo que es Rotary, y por lo tanto no comprenden el significado de pertenecer a esta maravillosa organización, lógicamente ignoran los beneficios que obtiene el socio y su familia; ya he mencionado que este «Anónimo transmigrante» no es del todo responsable de esta ignorancia, sino que él ve a Rotary a través de la reunión semanal de su club, que en ocasiones está en manos de uno o varios «dueños», que se sienten Rotarios sin serlo, y que presumen de saber lo que no saben, «escuchan campanas y no saben ni de qué iglesia vienen». Existe actualmente una corriente en Rotary que quiere atraer socios con verdaderas campañas publicitarias que llaman «Relaciones Públicas» basadas en fotografías conmovedoras de ayuda a los más necesitados y en los lugares más exóticos posibles, y eso aleja a los «potenciales clientes» de la realidad de nuestra organización, cuya base es el Club Rotario y sus reuniones semanales, y el servicio a los demás debe nacer dentro de los Clubes y dentro del corazón de las personas que lo conforman. A los rotarios realmente les gusta participar en proyectos que nacen como producto de su actividad en las 4 avenidas y no que les digan en que proyectos deben participar. Rotary no será mejor si resuelve grandes problemas en el mundo, Rotary será mejor en la medida que esté conformado por Rotarios de alta calidad moral y profesional, lo demás será simplemente una consecuencia.
El Club Rotario de Monterrey, México, en Enero de 1950 ingresó a un socio de calidad y no construyó un hospital para ayudar a los enfermos de poliomielitis, en ese momento de angustia por la epidemia de esa terrible enfermedad; ese joven médico, Carlos Canseco González, creció y se formó en esta organización, Disfrutó enormemente de las reuniones de su Club, al grado que dijo alguna vez que «el día que él ya no sintiera el deseo de asistir semanalmente a su Club se saldría de Rotary», Carlos fue un ejemplo de ética en su profesión y un Maestro Universitario por mas de 50 años, participó en proyectos de servicio en la comunidad y disfrutaba de la inmensa internacionalidad de Rotary; Jugar golf, ver un buen partido de fut-bol y charlar y hacer bromas con los amigos era una parte tan importante de Rotary como todo lo demás; o sea que Carlos vivió las 4 avenidas en su propia persona y en su Club, Polio Plus fue solo una consecuencia. Por eso debemos olvidarnos de tantos adornos que le están colocando a nuestro «árbol Rotario» e igualmente de tantos nuevos conceptos «filosófico-empresariales» que tratan de reinventar a Rotary y que solo están promoviendo partes diferentes y desconectadas de lo que realmente debemos ser. Ser Rotario debe ser tan simple y libre como el vuelo de una gaviota sobre un mar sereno, pero tan profundo como ese mismo mar. Ayer por la tarde fui invitado a una ceremonia en que se daba la bienvenida al círculo Arch Klump a 5 matrimonios de Taiwan, (para ingresar a ese selecto grupo hay que dar al menos 250,000 Dólares a La Fundación Rotaria), después, nos exhibieron un video del servicio tan impresionante que otorgan los Rotarios Taiwaneses en sus comunidades, posteriormente se presentaron los curriculums de los donantes, y después todos tuvieron la oportunidad de hablar, entonces, durante su discurso, uno de ellos dijo: «Yo quiero que Rotary se sienta orgulloso de mi», y esas palabras me atravesaron de lado a lado y de la cabeza a los pies, del alma al corazón y del corazón al cerebro, ¿Cuántos socios que presumen de Rotarios tratan de ver solo defectos que pudieran encontrarle a Rotary, para justificar su falta de coherencia?, ¿Cuántos de ellos quieren «exigirle» a Rotary lo que creen que tienen derecho, para disimular su falta de ética para pertenecer a esta organización?, sin embargo, en ese video que nos exhibieron y que nos mostraba el entusiasmo de los Rotarios de Taiwan (7 distritos con 18,500 Rotarios y 535 clubes, con un promedio de 34 socios por club) había visto varias veces a ese Rotario que acababa de pronunciar tan trascendente frase, trabajando personalmente, participando inclusive en competencias deportivas para recaudar fondos para el desafío de Polio; no se trataba de entrega de “cosas” compradas con dinero de La Fundación Rotaria, eran acciones directas con la sociedad, trabajando juntos.
Y también pasaba por mi cabeza la escena de un Presidente de Club en uno de nuestros países, que le reclamaba al Gobernador de su Distrito el ¿Por qué la Fundación Rotaria ha restringido la subvenciones compartidas? y le decía, en tono de molestia, que los socios de su club ya no querían aportar a La Fundación Rotaria porque ya la fundación no les patrocinaba sus proyectos, cuando ese distrito ha recibido por muchos años millones de Dólares para subvenciones compartidas e inclusive para varios proyectos “3H” de importantes sumas de dinero cada una, esto es, que ya se les olvidó que con 1,000 Dólares hacían proyectos de 20,000, y que dar es darle a otro y no así mismo, entonces, ahora que nuestra fundación, que nos ha dado tanto, tiene problemas económicos «le vamos a voltear la espalda». ¿No que damos mucho de sí antes de pensar en sí?: coherencia, muchachos, coherencia. Pero volvamos a la ceremonia de los Rotarios de Taiwan y a la frase: «Yo quiero que Rotary se sienta orgulloso de mi», para entender que Rotary no es nuestro Club, ni el Gobernador del Distrito, ni el edificio en Evanston, ni el Presidente de Rotary International; Rotary es un ideal, una forma de reaccionar ante la vida, una meta constante, una fuerza que nos hace levantarnos cuando estamos enfermos o subir 100 escalones aunque nos duelan las rodillas, y no es que estemos locos, lo que pasa es que el Rotario siente que lo que hace produce beneficios a los demás, que sus actos son necesarios para que el mundo siga dando vueltas sobre si mismo y se traslade siempre alrededor del sol, sin embargo, para que este milagro suceda, se requiere que el Rotario y su familia se sientan contentos y tengan orgullo de pertenencia a Rotary, que estén enterados de su historia y su filosofía, que caminen constantemente en las 4 Avenidas de Servicio. Sin embargo, ningún Rotario puede serlo realmente si no disfruta y recibe los beneficios que nuestra organización otorga, principalmente el poder relacionarse con personas valiosas y disfrutar con ellas del compañerismo y la amistad Rotaria, la bendición de poder mejorar las condiciones de vida de otras personas, sin embargo, aún sin buscarlo, Rotary es un constante aprendizaje, un constante “subir escalones” como ser humano, una oportunidad permanente para aprovechar una red mundial basada en una confianza pre adquirida, una posibilidad de tener relaciones comerciales basadas en valores fundamentales, un mundo abierto a nosotros y a nuestros hijos, una maestría y doctorado en relaciones humanas, un mejoramiento de nuestras habilidades para hablar en público, organizar eventos, utilizar medios modernos de comunicación y aprendizaje, viajar, aprender otro idioma, en resumen, Rotary nos da una segunda dimensión para adquirir los 4 atributos que debe tener un profesional: valores, conocimientos, habilidades y pro actividad, pero con un propósito diferente, con mas rango de libertad y con un aire más transparente y seguro para extender nuestras alas y volar. Imaginen entonces lo que significa tener el derecho de usar esta insignia, todos los días y a todas horas, quitarla de vez en cuando de nuestro pecho, solo para mirarla en privado por unos segundos, sentirnos orgullosos y volverla a colocar en su lugar.
Si voy a algún evento del Notariado o de mi Universidad o inclusive a algún evento público, en donde debo usar otra insignia de solapa que me identifique como parte de esa organización o del evento, claro que me pongo esa otra insignia, pero jamás me quito mi engrane ni lo cambio de lugar en mi solapa, siempre ha estado y estará en el ojal del lado del corazón, la otra insignia la coloco siempre en la parte de abajo, no porque Rotary sea mas importante que mi trabajo, simplemente porque mi trabajo es solo una parte de mi vida y mi engrane cubre todo: 1.- familia, 2.- trabajo, 3.- compañeros y amigos, 4.- apoyo a los demás y a mí mismo, 5.- mi comprensión por otros credos, razas y nacionalidades y 6.- mis distracciones y pasatiempos, los 6 rayos de mi engrane, y digo mi engrane, porque es mío, nadie me lo puede quitar y me siento orgulloso de tenerlo, poderlo usar y mostrarlo.
Hace algunos años escribí sobre la responsabilidad de ser libre y de aquellos que siempre relacionan a la libertad con lo que no pueden hacer, o sea, que hablan de la libertad que creen que no tienen, mas nunca se refieren a todo lo que pueden hacer y no hacen y entonces concluía ese artículo diciendo «que el tener la posibilidad o sea la libertad, es una gran responsabilidad cuando no se ejerce» Simplemente y claramente «si no usas el botón rotario es que no eres rotarios», por lo tanto, no puedes contestarle a nadie, cuando te mire la insignia, y te pregunte: ¿Qué es ese engrane?, ¿Qué significa?, ¿Por qué lo usas?, salvo que tomes el camino parcial y fácil y contestes: «Rotary es una organización mundial que hace servicio en todo el mundo a quien mas lo necesita». ¿Eso es cierto?, en parte “si” es cierto, pero solo en una cuarta parte, por cierto, ¿En cuantas acciones directas de servicio en la comunidad has participado con tus propias manos?, no es que sea muy malo el que no lo hayas hecho, simplemente porque sería el colmo que se hable de que Rotary es una institución que hace servicio comunitario si quien lo dice nunca ha participado personal y directamente en esas maravillosas oportunidades que también nuestra organización nos otorga. Por lo tanto, ¡deja de ser Rotario anónimo!, si es que lo eres, y si decides dejar de serlo, antes de ponerte todos los días y en todas las ocasiones este bello engrane en oro y azul, tendrás que actuar con coherencia entre lo que piensas, dices y haces, y aplicar el ideal de servicio en tu vida privada, profesional y pública, para que al lucir tu botón Rotario, Rotary se sienta orgulloso de ti.
José António Sepúlveda
(México)
Noviembre 09
Con la colaboración de Cidinha (Brasil)

FOTOS: Ciudad de Monterrey, México; José António Sepúlveda, de Monterrey, director de Rotary International

2 comentários:

  1. Caro amigo Henrique

    Já entrei em seu website várias vezes, portanto, parabenizo-lhe pela iniciativa, muito eficaz pelos contatos e pelas informações encontradas. Já participei de outros grupos de discussão rotários e não tive, infelizmente, boas recordações. Daí não ter até hoje me manifestado.

    Gostaria de saudá-lo e desejar ao rotarismo português muita ventura, após minhas considerações, nas vezes em que estive em Portugal, para que lutassem para ter um Instituto Zonal, o que já conseguiram, uma Convenção Internacional, que apresentei no Board do Rotary International quando Diretor 2003-05, indicando Lisboa, que tenho certeza será um sucesso, bem como um futuro Diretor do RI, que vocês tão bem merecem.

    Abraços, lembranças a todos os amigos portugueses,
    Luiz Coelho de Oliveira
    EDRI 2003-05

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  2. Depois de me emocionar com a leitura deste bonito texto e de muitos outros divulgados neste blog, compreendi bem melhor os valores que fazem mover a Família Rotária.
    Para todos a minha muito grande admiração.
    Com o vosso trabalho e dedicação o Mundo fica decerto Melhor.

    Clementina Antunes

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